Desde hace décadas, la protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes ha sido un tema clave en la agenda internacional de derechos humanos. Desde la creación de la Declaración Universal de los Derechos del Niño en 1959, se han realizado importantes avances en la protección y promoción de los derechos de este grupo poblacional. Sin embargo, todavía hay mucho trabajo por hacer para garantizar que tengan acceso a una vida segura, saludable y libre de violencia y discriminación.
Avances en la materia
A pesar de los retos que aún existen, hay muchos avances significativos en la protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes. Uno de los más notables es el aumento en la conciencia pública sobre la importancia de estos derechos. Las organizaciones de derechos humanos, los gobiernos y las comunidades locales realizan trabajos conjuntos para garantizar que los derechos de los niños y niñas sean reconocidos, respetados y protegidos.
Además, se han realizado importantes esfuerzos para mejorar su acceso a la educación y la atención médica. En muchos países, se ha logrado reducir las tasas de mortalidad infantil y mejorar la calidad de la atención médica pediátrica. Asimismo, se han implementado políticas públicas y programas sociales que buscan garantizar la seguridad y protección de los niños y niñas, especialmente en situaciones de conflicto armado o desplazamiento.
Retos por alcanzar
Uno de los mayores desafíos es la erradicación de la violencia y la discriminación contra los niños y niñas. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, cada año, alrededor de 1.000 millones de niños y niñas son víctimas de violencia física, sexual o psicológica en todo el mundo.
En nuestro país, las estadísticas indican que 6 de cada 10 niños de entre 1 y 14 años ha experimentado algún método violento de disciplina. Además, en los últimos 7 años, diariamente son asesinados en promedio 3.4 niñas, niños y adolescentes. La niñez mexicana requiere de un ambiente favorable para conseguir su desarrollo pleno, lo que no es posible lograr si vive en un contexto de violencia.[1]
Además, la pobreza sigue siendo una barrera importante para el acceso a sus derechos. Aunque se han realizado esfuerzos para mejorar el acceso a la educación y la atención médica, aún hay millones de niños y niñas en todo el mundo que no tienen acceso a estos servicios básicos. La desigualdad de género también sigue siendo un desafío importante en la protección de los derechos de las niñas, en particular en lo que se refiere al acceso a la educación y la participación en la toma de decisiones.
Compromiso y desafíos en la protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes en México
Los derechos de las niñas, niños y adolescentes son de suma importancia en México, ya que representan un compromiso con la protección y el bienestar de la población más vulnerable del país. Algunas razones que explican la importancia de los derechos de las niñas, niños y adolescentes en México son:
Protección contra la violencia: como señalamos anteriormente, México es un país en el que la violencia contra las niñas, niños y adolescentes es una realidad alarmante. Los derechos de la infancia representan una oportunidad para proteger a los menores de edad contra la violencia, el abuso y la explotación.
Igualdad de oportunidades: Los derechos de las niñas, niños y adolescentes buscan garantizar que todos los menores tengan acceso a la educación, la salud y otros servicios básicos, independientemente de su origen social, género o lugar de residencia.
Fortalecimiento de la familia: Los derechos de la infancia también buscan fortalecer el papel de la familia en la protección y el bienestar de los menores de edad. Esto implica garantizar el acceso de los niños y niñas a una familia segura y saludable.
Desarrollo integral: Los derechos de las niñas, niños y adolescentes buscan promover su desarrollo integral, incluyendo su desarrollo físico, emocional, social y cognitivo.
Los Derechos Humanos de niñas, niños y adolescentes están previstos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en los tratados internacionales y en las demás leyes aplicables, esencialmente en la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (publicada el 4 de diciembre de 2014), la cual reconoce a niñas, niños y adolescentes como titulares de derechos y, en su artículo 13, de manera enunciativa y no limitativa señala los siguientes:
Derecho a la vida, a la supervivencia y al desarrollo;
Derecho de prioridad;
Derecho a la identidad;
Derecho a vivir en familia;
Derecho a la igualdad sustantiva;
Derecho a no ser discriminado;
Derecho a vivir en condiciones de bienestar y a un sano desarrollo integral;
Derecho a una vida libre de violencia y a la integridad personal;
Derecho a la protección de la salud y a la seguridad social;
Derecho a la inclusión de niñas, niños y adolescentes con discapacidad;
Derecho a la educación;
Derecho al descanso y al esparcimiento;
Derecho a la libertad de convicciones éticas, pensamiento, conciencia, religión y cultura;
Derecho a la libertad de expresión y de acceso a la información;
Derecho de participación;
Derecho de asociación y reunión;
Derecho a la intimidad;
Derecho a la seguridad jurídica y al debido proceso;
Derechos de niñas, niños y adolescentes migrantes, y
Derecho de acceso a las tecnologías de la información y comunicación, así como a los servicios de radiodifusión y telecomunicaciones, incluido el de banda ancha e Internet.
Es responsabilidad de todos los sectores de la sociedad trabajar juntos para garantizar que los derechos de los niños, niñas y adolescentes sean respetados y protegidos en todo momento.
La niñez debe estar al centro del quehacer público, privado y social, si se quiere alcanzar un México prospero, justo e incluyente para todos.
[1] UNICEF, La Agenda de la Infancia y la Adolescencia 2019-2024
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